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domingo, 13 de mayo de 2018

CASTLEVANIA Aria of Sorrow -GBA review-


HE VUELTO. Hace un par de meses que conseguí mi primer smartphone, sí, tal y como lo leéis, y si no hubiera sido porque quería mucho una app de diario para mis resultados glucémicos, aún seguiría con mi Sony Ericson de botones. Como habréis adivinado, al ser pobre mi smartphone resulta ser un Galaxy S2 que mi abu no sabía utilizar, lo que me convierte en la primera persona del planeta que hereda un smartphone de su abu. La cuestión es que, como además de eso llevo el retro forjado a fuego, me acabé instalando un emulador de GBA para descubrir el mejor juego de esta consola. ¿Preparados?



Mina lo sabe
Castlevania: Aria of Sorrow, desarrollado por Konami en 2003 para GameBoy Advance es, si no me equivoco, uno de los últimos juegos en la línea temporal de la saga, pues la historia ocurre en Japón en 2035, cuando ocurre el primer eclipse del siglo 21. Durante este eclipse, Soma Cruz, el protagonista, se reúne con su amiga Mina Hakuba en el templo donde trabaja su familia para el evento, con la sorpresa de que el eclipse les teletransporta al castillo de Drácula, que había sido encerrado en un submundo durante el eclipse anterior. ¿La misión de Soma? Huir junto a Mina del castillo antes de que sus energías vitales sean absorbidas. Pero hay aún más, pues el castillo despierta en Soma  un poder muy especial: él es capaz de absorber las almas de los monstruos a los que derrota, y así poder controlarlos. En el castillo de Drac encontrarán a más personas que corren la misma suerte que ellos, y que no comparten exactamente sus objetivos, como por ejemplo, un hombre llamado Graham dice ser la mismísima reencarnación de Drac y se propone llegar a la sala del trono, en lo más alto del castillo, para recuperar sus poderes. A partir de esta batalla se desencadenan un final de cuatro.

Sí, este juego cuenta con cuatro finales: el final OKAY, en el que derrotas a Graham y vuelves con Mina a casa, los finales BAD y GOOD, que se desbloquean si al derrotar a Graham llevas equipadas ciertas almas de unos monstruos en concreto, y que te permiten continuar el juego después de tu victoria hasta el verdadero Final Boss, y el final guapo, que es el final good pero con el juego completado al 100%, es decir, con todas las almas recolectadas.

La jugabilidad es sencilla y amena. Derrotando a los monstruos que rondan por el castillo se obtiene experiencia que hace más fuerte a Soma. También encontraremos armas y armaduras, a veces estarán escondidas, y otras las dejarán caer lo enemigos. Cada arma tiene su propio set de movimientos, así que hay para gusto de todos, desde dagas a lanzas y espadas mágicas. Llegados a cierto punto, se desbloqueará una tienda donde también podremos comprar pociones.

El mapa del castillo se irá desbloqueando conforme avancemos o comprando fragmentos de este. En la tienda venden dos, y luego puedes encontrar uno más escondido, así como unos libros especiales que te hablan de Drac. Dentro del mapa tenemos marcados en rojo los puntos de guardado, abundantes, y en amarillo las salas de transporte, más que útiles. Lo más entretenido del juego es completar el mapa, y yo aún lo dejé al 98% o algo así porque había una esquinita que no sabía cómo llegar.

Luego están las almas. Hay tres tipos de almas, que se diferencian por el color. Hay almas que te proporcionan habilidades defensivas, otras que funcionan de sub-arma y otras que te proporcionan habilidades del tipo "doble salto" o "transformarte en un murciélago y volar".

Gráficamente el juego está muy cuidado. Está lleno de detalles que ayudan al jugador a recordar ciertas zonas del mapa para luego guiarse y no perderse, especialmente durante el principio del juego, cuando aún no has desbloqueado los teletransportes. Tenemos zonas con estatuas gigantes que llamarán nuestra atención, pinturas colgadas en las paredes y enemigos muy particulares que muchas veces nos impedirán el paso hasta que no hayamos encontrado cierto objeto o hayamos adquirido cierta habilidad.

La OST es una joya. Nada mas comienza el juego te das cuenta. Por supuesto, mi track favorita es Heart of Fire, un remake de precisamente mi track favorita del primer Castlevania, y que cuando reconocí la canción a mitad de la batalla tuve que pausar un momento para apreciarla bien. Hay una track para cada zona del mapa, y luego para las batallas de jefe. Castle Corridor es la primera de todas que me viene a la cabeza, quizás porque es la primera zona del juego a la que tienes que volver de cuando en cuando porque en la puerta del castillo está Mina, que te irá dando consejos y mensajes de Arikado. The Arena también es digna de mención. Por último, citaré Premonition.


Finalmente, mi parte favorita: Mi opinión personal.
Cuando me estaba descargando este juego, no podía ni imaginar cuánto me iba a gustar, porque ahora puedo decir sin lugar a dudas que es el mejor juego de GBA que he jugado, y que me duele una barbaridad no tener la edición física y haberlo jugado con un emulador. Por desgracia mi GBA tiene ya sus añitos, y la última vez que me puse a jugar me fastidió mi partida del Tales of Phantasia y se me borró el archivo. Aún así, si encontrara por algún casual este juego en alguna tienda de segunda mano a un precio asequible, no lo dudaba dos veces. Tampoco necesitas haberte jugado los juegos anteriores para disfrutar de este Castlevania. Yo, antes de jugar el Aria of Sorrow, sólo había jugado el original y había comenzado el Symphony of the Night (así que cuando se desvela a medias la verdadera identidad de Arikado me quedé muy loca).
Lo cierto es que, hacía ya tiempo que no disfrutaba tanto con un juego, lo único en que pensaba era en rejugar juegos, y ese era el propósito inicial de haberme instalado el emulador de GBA, para jugar otra vez el Final Fantasy V, y me alegro mucho, pero mucho, de haber encontrado este tesoro.
Si tenéis la oportunidad, DEBÉIS JUGARLO.

jueves, 28 de noviembre de 2013

The Legend of Zelda -A Link to the Past- GBA review


Después de varios intentos, desesperación y mucha insistencia, ayer fue el día que logré, por fin, saldar mi deuda con mi yo de 13 años: Pasarme el The Legend of Zelda -A Link to the Past-.


Sip, de nuevo un Zelda y, con el anuncio de que el A Link Between Worlds está basado en él, recordé que un día hace años tuve una pequeña discusión con el A Link to the Past, una mazmorra de esas que se te resiste. Así que, hace poco, borré mis datos y lo comencé desde el principio.

De este modo, hoy os hablo del A Link to the Past en su versión para GameBoy Advance que salió en Europa en 2003. Esta vez Link se prepara para una larga aventura en la cual no sólo debe liberar a la Princesa Zelda, como de costumbre, sino también a seis doncellas más descendientes de antiguos héroes.
El juego comienza una noche de lluvia en que nuestra Princesa Zelda es capturada y Link sale detrás de su tío para ir a rescatarla. Su pobre tío es herido gravemente y sólo Link puede ocuparse de la tarea. Una vez rescatada y reunida con el sacerdote, Link es enviado a buscar los tres colgantes para conseguir la Espada Maestra y poder derrotar al mago Agahnim, autor del rapto de nuestra Zelda, que pretendía enviarla a un mundo paralelo junto a las otras seis doncellas, y que cuyo objetivo es obtener el poder de Dorado para poder controlar el Mundo de la Luz. Lástima que justo cuando Link consigue la Espada Maestra, Aghanim ya ha encontrado a Zelda y la ha enviado al Mundo Oscuro, que es justo igual que el reino de Hyrule pero sumido en la Oscuridad y bajo el poder de Ganon, al cual tendrá que viajar Link para rescatar a todas las chiquitas.

Y el juego es tan largo como parece serlo, pues, nada más ni nada menos que 13 mazmorras, algunas de ellas nada sencillas, en las que Link se las tendrá que ingeniar para conseguir el Tesoro y derrotar al Boss para obtener los cristales en los cuales se encuentran encerradas las doncellas. No sólo eso, tenemos algún que otro sidequest, si es que así podemos llamarlo, para conseguir items como las botellas o la ocarina mágica, que nos permitirá llamar a un pájaro que amablemente te llevará de un lado a otro en el Mundo de la Luz, por lo que son muy útiles para hacer la aventura más fácil, pues, gracias a los sidequests puedes reforjar la Espada Maestra para volverla mucho más fuerte.


 En cuanto a los gráficos del juego, a pesar de llevarse tan sólo un año con el Minish Cap, la diferencia es muy notable, pero tengamos en cuenta de que este juego se trata de un remake de su versión original, para la SNES de 1992, por lo que la estética es la de entonces. Algo destacable en este juego es la maravillosa utilización de los colores para diferenciar el Mundo de la Luz, de colores vibrantes, del Mundo de la Oscuridad, de colores no sólo apagados sino muy limitados a una gama siena y más apagada en general, que pone al jugador bien ubicado. Por otro lado, debo decir que los colores de Link al cambiarse la túnica en concreto me despistaban de manera que acabé pensando que mi Link vestía con una cota de malla roja y un gorro violeta.

La música, como de costumbre, tiene los temas épicos de un Zelda que muchas veces no sólo no puedes olvidar, sino que se te meten en la cabeza y se reproducen como si estuvieras jugando, y que posteriormente serán utilizados en otros juegos de la saga, como el ya citado anteriormente tema del Castillo de Hyrule o el tema de la Princesa Zelda que tanto adoré en el Ocarina of Time.

Volviendo al tema de la dificultad, debo confesar que lo he pasado mal varia veces en ciertas mazmorras, nada comparado con el Minish Cap, del cual dije que tan fácil era que lo hacía lo suficientemente asequible
para principiantes. Tampoco digo yo que que el A Link to the Past sea muy difícil, pero tiene momentos que te cuestionas tu nivel de paciencia. Por no citar que, al final, en la última mazmorra, antes de llegar a la sala dónde Agahnim se encuentra, debes pasarte dos de los tres primeros bosses de los colgantes, que han vuelto a vengarse y, en el caso de que pierdas la partida contra Agahnim, tienes que volver a derrotarles. Esa última mazmorra fue peor aún que la puñetera Roca de la Tortuga sobre la cual prefiero no hacer comentarios, pues llegué al Boss sin encontrar el tesoro, cómo lo hice, pues no lo comprendo aún. En resumen, este juego está bastante complicado en ciertos aspectos, pero, si yo me lo he podido pasar, no es tan difícil, no creéis? Con algo de insistencia, todo se puede. Eso sí, al final de los créditos, el juego tiene la cara de ponerte en la pantalla las veces que has matado a Link, 50 clavadas en mi caso.

De nuevo comparándolo con el Minish Cap, o el Ocarina of Time para variar, este juego tiene un punto cuestionable en cuanto a las pautas. Quiero decir, así como Ezero te da pistas de qué hacer o Navi te da la tabarra sobre tu siguiente destino, en el A Link to the Past nadie te dice nada. Es cierto que tienes marcados en el mapa los puntos de las mazmorras, pero, recuerdo que tras conseguir el primer colgante, tu amigo viejo Sahasrlaha, simplemente te dice que buques por ahí a otros descendientes de los antiguos héroes, sin darte ninguna pista. Aunque es verdad que siempre está en algún punto de la mazmorra para decirte algo, no siempre demasiado útil, pero bueno.
 También recuerdo que en la batalla final, cuando derrotas a Agahnim y aparece Ganon que huye en forma de murciélago, Link toca la ocarina mágica para seguirle y el simpático pájaro blanco te lleva hasta la Pirámide; el problema es, que ese pájaro estaba en el Mundo de la Luz, y por más que tocaras la ocarina en el Mundo de la Oscuridad nunca aparecía...


Y para acabar, mi opinión personal.
A pesar de todos los dolores de cabeza que me ha dado esta aventura, debo reconocer que me lo he pasado bien. Después de todo, es un Zelda, mi origen en definitiva. Realmente, me lo compré como regalo de final de curso, y escogí este juego en concreto porque era un Zelda. El Zelda más difícil que se me ha plantado delante hasta la fecha, y el más largo. Pero su dificultad no ha sido problema para poder disfrutarlo, aunque reconozca que muchas veces me dieron ganas de tirar la consola por la ventana, eso va por días, un Lunes me puse por la tarde y me pasé cuatro mazmorras seguidas, sin embargo, el día siguiente no podía avanzar de ninguna de las maneras. Es un juego que te tienes que tomar con paciencia, eso sí. Lo mejor que puedes hacer cuando estás atascado es salir de la mazmorra y escuchar la soundtrack mientras cortas el césped o cavas buscando dinero. Su soundtrack es épica, lo mejor del juego sin ninguna duda, y, aunque antes lo halla comparado en gráficos con el Minish Cap, debo decir que sus gráficos me encantan, aunque ya sabéis que los gráficos así lo adoro-eso me recuerda que éste próximo Lunes os voy a hablar de un juego muy guapo con gráficos flipantes-.
Realmente, tenía días en que en clase sólo podía pensar en llegar a casa y seguir jugado sino podía seguir en la cafetería. Así que, como comprenderéis, siento un amor-odio por esta entrega por culpa de las frustraciones por las que me ha hecho pasar en mi partida, y no es un juego que recomendaría a todo jugador, especialmente si no tiene paciencia, como ya he dicho. Aún así, me lo he asado bastante bien y me ha entretenido estas tardes en las que ya comenzaba a hacer frío y no apetecía hacer nada más que estar en el sofá. No sólo eso, ahora podré comparar la nueva entrega del A Linkt Between Worlds con su "origen", en cuanto la consiga, claro.

Sin nada más que decir sobre este juego, os anuncio que sino el Lunes, el Martes os hablaré del nuevo juego online al que estoy jugando, y que espero pasarme antes de Navidades el Arc the Lad 2, porque luego volveré a la PSP con el Final Fantasy III.
Jeronimo, Mike!

martes, 29 de octubre de 2013

The Legend of Zelda -Minish Cap- GBA review


Hola de nuevo!
Hoy me veo obligada(?) a escribiros sobre este entrañable juego que forma parte de mi colección desde hace muchos años. No sólo eso, como todos los juegos de la saga, tiene un lugar especial en mi corazón, se trata de The Legend of Zelda, the Minish Cap.


Pena me dan aquellos que nunca hallan jugado un juego de esta saga, pero nunca es tarde para emprender una aventura de estas. Esta entrega para GameBoy Advance de 2004 trata la historia de la leyenda de los Minish (Picori en Inglés, que yo me lo jugué en ambos idiomas) quienes ayudaron a los humanos a derrotar el mal concediéndoles una espada y el poder de la Light Force (ahora no recuerdo cómo se llamaba en Español). Desde entonces en Hyrule se celebra ese día una gran fiesta de conmemoración.
Pero este año la fiesta es aún más especial, pues se cumplen 100 años desde el encuentro de la leyenda, por lo que se realiza un torneo en el cual el ganador será recompensado con la oportunidad de poder tocar esta espada de leyenda, clavada en el cofre en el cual este mal se encuentra encerrado. Pero el ganador de este torneo resulta ser Vaati, un malvado mago que no se sabe muy bien de dónde apareció que no sólo rompe esta espada liberando así la fuerza maligna, sino que también convierte a la Princesa Zelda en una estatua de piedra.
Muy preocupado y en estado de alerta, el Rey le pide a Link, nuestro querido protagonista, que vaya a buscar a los famosos Minish para pedirles ayuda para volver a forjar la espada, recuperar a la Princesa y devolverle la paz a Hyrule, pues, sólo los niños inocentes y con el corazón tan puro como Link son capaces de ver a estos diminutos seres.
De esta manera, Link comenzará otra historia en la que será ayudado por Ezero, un curioso viejo sombrero parlante que encontrará por los bosques y que sabe de la verdadera identidad de Vaati. Juntos, deberán buscar los cuatro elementos para devolverle el poder a la espada y restaurar la paz en Hyrule.
No sólo eso, el juego está lleno de mini quests que nos ayudarán a completar la aventura principal con más facilidad, pues, por ejemplo, el Boomerang o el Escudo Espejo sólo se pueden conseguir de esa manera; pero que si no los consigues, puedes pasarte el juego igualmente(Yo por ejemplo no conseguí el Escudo Espejo...). Estos mini quests se desbloquean de una manera muy graciosa, pues Link irá encontrando mitades de Piedras de la Suerte durante su aventura y tendrá que preguntar a los NPC si tienen la otra mitad de la piedra, de manera que al unirlas algo genial pasa, desde el acceso a nuevos caminos en el mapa hasta la aparición de nuevos personajes.


Los gráficos son muy cucos y redonditos que identifican este juego de esa manera, pues también el Concept Art tiene estas características, una estética usada en títulos anteriores, como el Four Swords o el Wind Waker y en los títulos que Zelda tiene para DS. Los colores y la ambientación en los escenarios también tienen ese punto de dulzura, motivo por el cual este juego desprende algo especial; o quizás es que como anteriormente había jugado el Ocarina of Time de la N64 que está algo oscuro en cuanto a tonalidades, esta entrega me pareció muy blandita, termino al que contribuye el hecho de que el Final Boss sea quien es, aunque no por eso menos complicada la batalla.
La música, utilizando temas ya oídos en la saga, como el Dark Hyrule Castle, y temas compuestos para el título en concreto, como Minish Woods, es en general muy animada y pegadiza, con la esencia de los juegos anteriores pero más alegre, diría yo, desde mi experiencia del Ocarina of Time y el Link to the Past.
La dificultad del juego es mínima, quiero decir, siempre tienes ese momento en que te quedas bloqueado en una mazmorra, pero que resuelves pensando un poco o retrocediendo sobre tus pasos, luego siempre hay algún enemigo de especial complicación personal o el típico momento de cuenta atrás en el cual los nervios son el verdadero obstáculo, pero en general la trama avanza sin demasiadas complicaciones de manera rápida, hasta el punto de que puedo decir que sin los mini quests este juego podría ser de esos que te pasas en dos tardes y media, aunque no por eso se disfrute menos. Es más, el desarrollo del guión principal mismo se ve bien compenetrado con los quests, por ejemplo, recuerdo que para atravesar los pantanos y conseguir el tercer elemento, tienes que ir a ver al zapatero, pero éste está durmiendo, y los Minish te dicen que sólo el fuerte olor de una seta apestosa podrá despertarlo, de manera que tendrás que ir a buscar la seta en el Lago Hylia, pero para ir allá entonces, debes de haber desbloqueado la entrada al Lon Lon Ranch. De este manera, el juego se hace muy dinámico.
Luego, el estilo de batalla y mazmorras es el de costumbre: acción con algún puzzle que resolver. Las mazmorras tienen dos partes, separada una de otra por un Middle Boss, debes encontrar el mapa, la brújula, la Llave del Jefe y el item que te ayudará a derrotarle, y tras vencer el Big Boss recibes un corazón extra y el item clave para continuar la aventura. Sencillo, sin complicaciones aparentes.
Además, las pautas del juego están muy bien marcadas, pues así como recuerdo que en el Link to the Past muchas veces no tenías ni idea de que hacer (como cuando el viejo ese de Sahasrhla me dijo que fuera a buscar a los otros descendientes de los héores y no me dijo donde) en este juego te dejan muy claro cual es el siguiente objetivo, y ante cualquier duda, Ezero te recuerda lo que debes hacer o te da pistas.


Finalmente, como opinión personal, este juego lo conseguí cuando tendría unos 13 años, para Navidad, eso sí, y anteriormente había jugado el Ocarina of Time y, aún con un cambio de estética tan grande, nunca lo concebí como algo distinto, porque lleva esa esencia que huele a Zelda por todos lados, no hay triforce y siete sabios que te concedan sus medallones, pero es indudablemente Zelda, dirigido para un público más infantil, es verdad, pero no por eso quiera decir que no lo puedan disfrutar los adultos. Lo jugué hace mucho tiempo, y hace un par de semanas lo volví a empezar, lo acabé el Sábado pasado, y me ha gustado incluso más que cuando lo jugué de pequeña, seguramente porque ahora miro las cosas de otra manera y aprecio cosas que antes no veía.
De cualquier manera, siempre he pensado que The Legend of Zelda es una saga clásica y te gusten este género de juegos o no, es un imprescindible. Este juego en particular tiene pinta de poder ser el típico primer juego de la saga para los principiantes. Bueno, los jovencitos de ahora ya no juegan con esta plataforma... Digo yo. Pero los Zelda de DS parecen seguir un concepto similar, aunque no puedo decir nada porque no he jugado ninguno de ellos (de momento, HAHAHAHAHAHAHAHA).
Sinceramente, de los tres Zelda a los que he jugado, sitúo éste en segundo lugar en mi ranking personal. Ya os hablaré algún día del Link to the Past y los dolores de cabeza que me daba y que estoy recordando ahora que lo ha vuelto a comenzar.
En definitiva, Minish Cap es un buen juego para introducir nuevos jugadores a la saga, y también un buen juego para pasar buenos ratos y disfrutar en este pequeño doble mundo que te presenta en el cual Link tendrá que ir cambiando su tamaño y enfrontarse a diversos peligros para rescatar a la Princesa Zelda.

Sin nada más que decir sobre este entrañable juego, o mejor dicho, con muchas tareas que hacer, me despido hasta el próximo post, que espero que por fin sea del Arc the Lad II, o quizás del Scarlet Devil que estoy a nada de pasármelo, por fin.