domingo, 30 de agosto de 2015

FINAL FANTASY VI -PSN review-


Ocurrió ayer por la noche e inintencionadamente. Pensaba que no tenía posibilidad alguna, probablemente porque recordaba lo mucho que me costó derrotar al Final Boss en el juego anterior, pero reuní a mis mejores Guerreros de la Luz y fuimos, todos juntos, protagonistas de una inolvidable batalla.
Efectivamente, por fin (eco) he acabado el Final Fantasy VI.



Aquí!
 Final Fantasy VI, originalmente publicado para SNES en 1994 por Square Enix, y adaptado posteriormente a otras plataformas, que conseguí via PSN Store, motivo por el cual vuelvo a lamentar no tener su edición física. Sin embargo, y al igual que en el título anterior de la saga, he podido volver a disfrutar de los gráficos originales, algo que me ha gustado mucho.
No más comenzar el juego, supe que este iba a ser un Final Fantasy diferente a los anteriores, mucho más serio y probablemente con más problemas, deduje a partir de la pantalla del título, y no me equivocaba, pues, la historia toma lugar en un mundo resentido por una guerra entre humanos y espers, seres capaces de usar la magia, que está a punto de repetirse, pues el Emperador Gestahl está dispuesto a hacer lo que sea por tal de descubrir los secretos para utilizar la magia e introducirlos mediante ingeniería genética en los humanos y crear así su ejército para dominar el mundo. Es aquí donde comienza la historia de Terra, nuestra primera protagonista principal femenina en la saga, hija de una humana y un esper y, por lo tanto, capaz de usar la magia de manera natural, esclava del Imperio desde mucho antes de lo que pueda recordar, y manipulada mentalmente gracias a la diadema que lleva en la cabeza. Tras su primer encuentro con un esper, después de entrar por la fuerza en Narshe, Terra cae inconsciente y es rescatada por Locke, un caza tesoros que le libera del poder de la diadema, pero que al mismo tiempo desproviste a nuestra chica de todos y cada uno de sus recuerdos. Sin nada más que poder hacer, Terra se une a Locke en la resistencia contra el Imperio para salvar no sólo a los espers, sino también al resto de la humanidad.

Efectivamente, esta vez no hay ningún cristal que proteger, pero el sistema de combates y de niveles resulta ser una pequeña mezcla entre el Final Fantasy IV y V, pues, no existe ningún sistema de trabajos, cada personaje tiene sus habilidades que encajan con uno u otro trabajo de los que ya conocemos, pero todos son capaces de aprender a hacer magia gracias a la Magicite, lo que queda de los espers. De esta manera, cada Magicite se corresponde a un set de hechizos con un porcentaje de aprendizaje por el cual se multiplicarán los MP obtenidos en batalla, y al completarse al 100%, el personaje aprenderá el hechizo correspondiente. De esta manera, todos pueden curar, resucitar, hacer Meteor e invocar, pero sólo aquellos personajes que por defecto tengan más habilidad para ello serán realmente eficaces.

Los diálogos durante las batallas no sólo los hacen más fáciles de leer,
también se para el combate y se transforma en un escenario de conversación.
Otra característica muy peculiar de este juego es que nuestro grupo de Guerreros de la Luz ya no se compone de cuatro o cinco personajes, hay un total de 14. ¿Para qué diablos queremos 14 personajes si en realidad vamos a utilizar siempre nuestros favoritos? Menudo error, debo decir, pues el motivo por el cual hay tantos personajes es bien sencillo: Muchas veces veremos cómo la historia divide a nuestro numeroso grupo en varias partes, de manera que, deberemos hacer varios grupos y cada uno se ocupará de una parte de la trama. ¿Quiere decir esto que usaremos a todos los personajes por igual y, más o menos, adquirirán todos la misma experiencia? Mentira. Yo llegué a la mazmorra final con Terra al +50 y con prácticamente todos los hechizos aprendidos mientras tenía a Relm que no llegaba a los 40 y no sabía curar. Y es que, aunque hayan muchas ocasiones en las que deberemos dividir nuestra party, nunca llegas a usar a todos los personajes por igual, y, como generalmente sólo nos darán la opción de hacer dos grupos de cuatro personajes, sólo usaremos 8 y siempre serán nuestros favoritos. Y entonces llega la mazmorra final, donde tienes que hacer 3 grupos, un total de 12 personajes de los cuáles sólo tienes 8 decentes. Está complicado el tema.
Sin embargo, encontraremos que a la hora de comparar los personajes en cuanto a sus habilidades, muchos son muy similares entre ellos. Por ejemplo, Terra y Celes son prácticamente idénticas, excepto porque Terra sea posiblemente algo mejor que Celes en cuanto a magia y Celes posee la extraordinaria habilidad de Runic, que absorberá todo hechizo mágico y lo transformará en cura. Y es que cada personaje tiene una habilidad muy concreta y personal, Terra puede transformarse en esper para aumentar su ataque, Celes absorbe magia, Locke puede robar, Edgar utiliza un set de armas mecánicas especiales que nos salvarán el culo en diversas ocasiones, Sabin podrá ejecutar técnicas de artes marciales muy potentes, Shadow podrá lanzarles shurikens y similares a los enemigos, Cyan ejecutará técnicas especiales de samurái, Gau y Strago podrán aprender técnicas de los enemigos, Mog bailará invocando los poderes de la naturaleza y luego Relm no sé qué diablos hacía y a Umaro no lo podías controlar, hacía lo que le daba la gana, que generalmente era pegar golpes fuertes. Y luego está Setzer, que sacaba una especie de ruleta de la fortuna en la que, dependiendo que si acertabas o no, hacía un ataque u otro. Parecía muy inútil hasta que un día invoqué a Bahamut. Y luego Gogo tiene la habilidad de imitar el ataque anterior.
Como veis, cada personaje tiene una habilidad única, pero descontándola, en términos de combate, Terra, Celes y Relm son los puntos fuertes en magia, Edgar, Sabin y Cyan en ataque,  Locke, Shadow y Umaro son los atacantes complementarios, y Mog, Strago y Gogo los magos de apoyo, por lo que podremos formar grupos bastante equilibrados.
Aunque, vuelvo a decir, que yo siempre usaba a Terra, Edgar, Locke y Celes, y cuando no podía usar a alguien de ellos ponía a Cyan o a Sabin. Posteriormente descubrí el potencial de Shadow.


Instant fav chara
En cuanto a la jugabilidad, ciertamente hay momentos y mazmorras complicadas, pero se trata de un juego bien equilibrado en este aspecto, es más difícil que la entrega anterior, pero su dificultad no es exagerada, si que hay bosses que te llevan de cabeza, pero no es, por ejemplo, como el Final Fantasy III, que recuerdo con rencor que debías hacerte toda la mazmorra como cinco veces antes de enfrentarte al boss porque sino te aplastaba.
En cuanto a la historia, es un guión muy peculiar lleno de giros y de personajes interesantes que se disfrutan mucho. No abundan tanto las frases ingeniosas de la entrega anterior, pero sin lugar a duda, tiene diálogos que te pillan de improvisto haciéndote reír, y momentos muy épicos que nunca van a ser olvidados. Sin ir más lejos, la primera mitad del juego está llena de momentazos que me trae muchos buenos recuerdos, como cuando Figaro Castle se hunde en la arena para dar esquinazo a Kefka, o cuando Locke tiene que hacer de cambiazos de ropa en el pueblo aquel para, al final, encontrar a Celes, que menuda escena la de la ópera. Y el tren, y cuando encuentras una casa en la que ha estado Sabin, quien se supone que escapó de casa, pero que Edgar lo identifica porque sobre la mesa está "su vajilla favorita" (WTF ¿quién diablos se escapa de casa y se lleva los platos y las tazas?). Y así, toda la historia se compone de estos momentos emblemáticos.
 Lo que sí que debo decir es que llega un momento en la historia, algo después de mitad de juego, más o menos, en que dejan de darte indicación alguna sobre qué debes hacer o a dónde debes ir, por lo que es tremendamente fácil perder el rumbo y saltarse el orden de los acontecimientos. Por no decir que a penas te dan pistas sobre las mazmorras extra. Yo a Bahamut y a Odin los conseguí porque lo busqué en una guía. Y mira que me gusta bien poco mirar guías.

Con gráficos mucho más elaborados que en el juego anterior, se observan muchos más detalles, especialmente a lo que se refiere a texturas, aunque quizás menos contraste a lo que se refieren los escenarios de las mazmorras, en las que alguna vez tuve que prestar algo más de atención durante la lectura de la imagen para identificar puertas u otros. Pero los personajes cuentan con graciosas animaciones que van desde guiños de ojos hasta risas y carcajadas que los hacen muy simpáticos. En general, unos gráficos bastante oscuros en términos de gama tonal.

Y luego está la OST, en la que Nobuo Uematsu  se ha lucido. Es espectacular. Cada una de las track habla por sí sola. Con la melodía de Terra como tema principal, te describe la naturaleza de la historia que cuenta, con cierta melancolía, sobre alguien que se busca a sí misma y que, aún sintiéndose débil, no tiene intenciones de rendirse Y así, todos y cada uno de los temas sobre los personajes son en realidad sus descripciones, destacable Celes' Theme, variada posteriormente para Aria di Mezzo Carattere, porque la OST de este juego está lleno "leit motifs", estructuras musicales que cuentan historias y se usan para representar personas o sentimientos, usadas en el momento adecuado para que no se hagan pesadas o muy escuchadas. Una soundtrack trabajada al más puro estilo clásico. Pero, para contar historias, el tema de la batalla final, Dancing Mad. Esa batalla es una auténtica batalla final que no más comenzar te pone los pelos de punta y que resulta ser el complejo discurso final del final boss, por muchos motivos que me gustaría escribir pero con los que me veo obligada a hacer spoilers, así que, quien quiera informarse, aquí dejo un link de un buen análisis, aunque, si os atrevéis a escuchar los casi 18 minutos que dura la composición completa, poco margen me deja a comentar sobre esa pieza de arte músical, sobre la que sobra decir que es, sin lugar a dudas, el mejor tema de la toda saga.
Otro tema destacable es Seaching for Friends, y en cuanto a batallas algo más convencionales, Battle to the Death te pone en situación inmediatamente, pero The Decisive Battle tampoco se queda corto, y otro tema que me gusta bastante es el de The Unforgiven al igual que Protect the Espers! que de nuevo resulta basarse en un tema citado anteriormente, el de Terra. Y así, podría seguir citando tracks, porque toda la ost completa es una obra de arte.


Y ya he dicho muchas cosas, pero falta mi opinión personal.
Es curioso cómo comencé el Final Fantasy V pensando en que quería jugar ya el VI, pero comencé el VI recordando lo bien que me lo había pasado jugando al V. El encanto de este título reside en los personajes, sin lugar a dudas. Son todo personajes muy bien definidos, con sus problemas y preocupaciones y un objetivo en común porque, aunque el mundo en el que viven les haya tratado mal, ellos no van a permitir que sea destruido, y acaban siendo una gran familia. Al final les cogí mucho cariño a todos, especialmente a mis favoritos, ¿no?, pero es que todos son muy especiales. Y, de nuevo, nos encontramos con personajes femeninos muy fuertes, Celes en concreto es mi favorita, no sólo del juego, es mi chica favorita de toda la saga, y mira que a Faris de la entrega anterior también le cogí mucho cariño, pero es que Celes es una diva. Tanto ella como los demás personajes luchan durante la historia y se van haciendo más fuertes, no sólo en batalla, por supuesto, también psicológicamente, y se nota. Y se ayudan constantemente los unos a los otros dentro del contexto más bien oscuro de la historia.
Cuando digo el título del juego, me vienen a la cabeza, no sólo estos personajes carismáticos, sino también todos esos momentos que hacen también de este juego algo especial, más que de este boss o de este otro, exceptuando la batalla final, por supuesto.
Sin embargo, no es un juego que puede jugar cualquier persona, creo yo. A un principiante le recomendaría antes el cuarto que no este, por ejemplo, aún habiéndome gustado mucho más este, porque hay bosses que, al haber jugado otros títulos, ya sospechas cómo debes derrotar o cuáles pueden ser sus puntos débiles, lo que hace de esas batallas algo mucho más fácil. Pero, supongo yo que me lo hubiera podido jugar igualmente sin haber jugado los cinco títulos anteriores, por supuesto, aunque, indiscutiblemente, es un juego que se entiende mucho mejor siendo adulto, no porque contenga temas de PEGI 18, que va, es más bien por las referencias nihilistas, cristianas y artísticas que sólo puedes percibir con un nivel de cultura elevado en estos campos, disculpándome por el spoiler, la tercera fase del Final Boss es una parodia de la Piedad de Miguel Ángel, aún siendo, en realidad, una batalla cuyo desarrollo se basa en La Divina Comedia de Dante Alighieri, y siendo los motivos reales del Final Boss puramente nihilistas existenciales y morales.
Y claro, esa clase de cosas molan mucho más cuando te das cuenta de ellas.

De esta manera, y haciéndose un gran sitio en mi corazón, el Final Fantasy VI es, al igual que la cuarta entrega, un básico en el catálogo de RPG que todo gamer debe de jugar y, además, probablemente yo vuelva a rejugar en unos años.

viernes, 28 de agosto de 2015

Megaman ZERO Model Kit review


Pues quería escribir un rato en mi blog, pero sigo igual que antes con los juegos que estoy jugando, por lo que no puedo hacer ninguna reseña aún de ellos, así que, recordé que quería hacer este post.

 Así como la vez anterior escribí la reseña sobre las maquetas de la saga clásica de Megaman, esta vez la reseña que voy a hacer es sobre la maqueta de Zero, que ya dije que redactaría por separado por unas cuantas diferencias importantes que iré explicando.
Como ya sabréis, los títulos de Megaman se dividen en varias sagas, tenemos el Megaman clásico, X, Zero y luego la ZX y  luego otros títulos como la Network, etc. Zero, co-protagonista de la saga de X, se convierte en el personaje principal de la saga con su nombre constituida por cuatro juegos que tuve el placer de jugar en su recopilatorio para DS, del cual ya hablé en su momento.

Rediseñado para su citada saga, esta maqueta de la cual voy a hablar es fiel a su diseño más moderno por lo que se refiere tanto a proporciones como a tonos de color, aunque estos se parecen más a los de sus últimos juegos siendo algo más brillantes, y,  por cierto, pedazo ilustración que le han hecho para la caja.
De la misma manera que las maquetas de la saga clásica, Kotobukiya es la responsable de la maqueta del reploid legendario, que también ronda los 20€ y que actualmente tampoco se encuentra en stock, pero, como ya dije en el post anterior, esta clase de maquetas vuelven a estar disponibles cada x tiempo, sin ir más, lejos, a principios de mes la maqueta de Mega estaba fuera de stock y hoy pone que en Diciembre volverán a recibir (así que podéis aprovechar), no como otras figuras que parecen permanentemente inaccesibles. Realmente, yo conseguí esta maqueta esperando pacientemente.
Como iba diciendo al principio, la maqueta de Zero destaca por su fidelidad al diseño de Toru Nakayama, y el esculpido respeta los volúmenes de su cuestionable musculatura, ya que en realidad Zero es un robot, pero a diferencia de los diseños anteriores, su forma es más orgánica y le hace parecer un humano. Su pelo, su marca de identidad, está esculpido con la intención de darle dinamismo a sus poses, pero por contra, su peso hace que sea difícil mantenerle en equilibrio en una pose demasiado dinámica, por no decir que es responsable de que su cabeza se desequilibre, y caiga hacia los lados o hacia atrás.


De accesorios no le faltan para poder posarle, pues no sólo cuenta con un set completo de manos, también con sus dos armas básicas, la Z-Saber y el Buster Shot, y el Zero Knuckle del cuarto juego. Quizás eche de menos el Triple Rod o la Chain Rod, pero venga. Luego cuenta con una segunda expresión facial con la boca abierta y cantidad de sets de ojos para poder mirar tanto hacia los lados como al frente. Es una lástima, sin embargo, que a pesar de tener todos los accesorios necesarios, el contrapeso del pelo sea más un inconveniente que una ayuda para posarle, además que, a pesar de todo, su torso es bastante rígido, lo que le resta mucha movilidad. Es más, creo poder decir que las maquetas de la saga clásica son mucho más fáciles de posar y más estables, sin lugar a dudas.


Su nivel de montaje no es ninguna complicación, y en un par de tardes tenemos montado a nuestro héroe. Gracias al cielo, Zero prescinde de las pegatinas infernales que tenían Mega y Proto, pero, por contra, necesita más mano de pintura, con cuidado, y esta vez no son detalles de los que se pueda hacer la vista gorda: Para comenzar, tenemos que pintarle de amarillo los bolsillos y el reborde del cuello del chaleco, al igual que los detalles de las suelas, luego, todas las manos son grises, por lo que tendremos que pintarle de blanco todos los dedos, y, finalmente, el Buster Shot necesita una pasada de gris. En una tarde divertida se pinta todo mientras te tomas un té. Otra cosa es querer repintar toda la maqueta para tapar las muescas de la matriz.

Volviendo al tema de la movilidad y la pose, aún con sus nombradas limitaciones, se pueden conseguir cosas sencillas y estables si logramos equilibrar su peso. Aquí abajo he puesto unas pocas fotos de ejemplo, y, si no mal recuerdo, sólo esta primera se ayuda de la caja del fondo para apoyarse.

Así, los puntos fuertes de esta maqueta son su parecido con el diseño original y su precio, más que la capacidad de movimiento. Aún así, no creo que su edición articulada de S.H.Figuarts, cortesía de Bandai, ofrezca mucha más movilidad, aunque sí detalle y un color fabuloso, y más armas, pero, ¿no os he dicho que es exclusiva y limitada de Tamashii Webshop? Ese es el mayor problema, vuelvo a decir, de la saga: Las figuras están agotadas, o bien son excesivamente caras, o, como en este caso, exclusivas de ciertas tiendas (además de caras), por lo que apostar por las maquetas a mi me parece lo más sano.
La saga e Zero, en concreto, tiene sus grandes problemas en términos de comercialización: No sólo los juegos eran endiabladamente difíciles y muchos los recuerdan con dolor, los responsables no se preocuparon de cuidarlo en términos de merchandising, concediéndole, a penas, los CDs de la soundtrack de los juegos y una pasada de CD de remasterizaciones que, por supuesto, no hay manera de encontrar por ninguna parte estos días para comprar (o de nuevo te piden sobre 40€ por un CD). No sólo eso, hace cuestión de unos meses, se anunció un CD nuevo con las canciones más emblemáticas, deduzco de su título "Special Selection", con su respectivo bonus pero, de nuevo, exclusivo en e-Capcom, que no envía más allá de Japón.
Yo sólo puedo preguntarme por qué mientras lloro.



Yo pretendía una pose más parecida a esta, pero las limitaciones no me lo permitieron.

Cualquier escusa me es buena para sacar ese tema y criticar. Pero volvamos al asunto con el último apartado de esta reseña: Mi opinión personal.
Cuando tenía unos 13 años me enamoré perdidamente del diseño de Toru Nakayama de Zero, por lo que cuando supe, muchos años después, de la existencia de esta maqueta se convirtió inmediatamente en un MUST HAVE personal. Esperé pacientemente mucho tiempo para que volviera a estar en stock, y, como de costumbre, mi espera valió la pena, convirtiéndose esta maqueta en una de las piezas clave de mi colección.
Quizás no es la más posable y tenga sus problemas de equilibrio, ¡innegable!, pero, que no trae de recuerdos, de este stage, de este otro, Neo Arcadia, de aquel boss, de aquella inesperada batalla, de esos finales, esta maqueta es la materialización de todos esos recuerdos y sentimientos.
Es mucho más que una maqueta, porque se siente algo muy especial hacia el personaje. No quiero hacer spoilers ni nada, pero no se puede negar que Zero, desde el primer juego de la saga de X, ha sido un personaje muy especial.
Y, a pesar de todo, yo lo único que le echo realmente en falta es Copy X.
Es decir, de la saga clásica están los tres hermanitos, pero Zero está sólo. No pido ni a Harpuia ni a sus compañeros, con Copy X me parece suficiente, que, además, es todo un icono de la saga, final boss del primer juego que vuelve para fastidiar en el tercero. Sería un puntazo y un detallazo muy bonito por parte de Kotobukiya.
Pero esta maqueta de Zero ya tiene sus años, por lo que es muy poco probable que ahora me hagan ese favor, aunque, por otro lado, soñar es gratis y muy bonito.

De esta manera, acabo diciendo que esta maqueta no sólo está muy bien como alternativa más económica a la ya citada figura articulada, también es mucho más fácil de conseguir, dentro de lo que cabe, y por los 20€ que cuesta te da a cambio unas tardes de entretenimiento con montaje y pintura y muy buenos recuerdos. Y qué guapo luce en la estantería. Qué guapo.

lunes, 10 de agosto de 2015

Megaman Classic series Model Kits review


OMG ya es Agosto. Aún quedan muchos días de calor y helados, de algo de aburrimiento y de pequeñas obsesiones, y luego, luego otra vez Septiembre, mes de sentimientos confrontados, por una parte vuelven las clases, (aunque yo precisamente sólo tendré Inglés y probablemente Japonés), pero por la otra, sale por fin el Project Mirai DX...
La cuestión es que estoy atascada en el Final Fantasy VI y me apetece escribir sobre algo, ¿y qué mejor que escribir sobre mis queridas maquetas? Así que miré mi estante y tardé bien poco en decidirme: He aquí mi reseña sobre las maquetas de Megaman, las clásicas, Zero lo postearé a parte por diversas razones que explicaré en su momento.

Por delante!
Kotobukiya es la responsable de esta linea de maquetas del Megaman clásico, formada por los tres hijos más queridos del Dr.Light: Protoman, Megaman y Roll, cada una cuesta alrededor de 20€, lanzadas por primera vez en 2010 y reeditadas a principios de este año, ahora mismo se encuentran en discontinuidad en la mayoría de tiendas. ¿El motivo? Es bien sencillo, pues, existen pocas figuras articuladas de la saga en general, que ahora mismo tampoco se encuentran con facilidad o sus precios son absurdamente exagerados. Es por eso que al ser anunciada el año pasado su reedición, no dudé un momento en pedir a Roll para completar la colección. Aún así, en la HLJ, de la cual os he puesto los links arriba, si estáis atentos pueden volver a estar disponibles en cualquier momento, es así como conseguí a Zero en su momento.

Fieles al diseño cambiante de los personajes, en sus orígenes más rechonchetes y en sus otras versiones más nuevas más esterilizados, que posteriormente pareció intentar volver al principio, los escultores han logrado con éxito un equilibrio, de manera que, mientras que son indiscutiblemente adorables, te hacen recordar lo duros que son algunos escenarios de los juegos al mirar sus caritas.

Por detrás--

 Y es que todos ellos cuentan con accesorios suficientes para poder disfrutar recreando escenas o inventando historias. Aquí a la izquierda, unos cuantos accesorios, entre los cuales encontramos un regimiento de manos con diferentes posiciones, y que, por cierto, Roll cuenta con su traje del Megaman 8, que no monté porque sólo he jugado los tres primeros juegos de la saga clásica, pero que me parece una opción muy interesante y muy agradecida por parte de Kotobukiya.

El nivel de montaje es bien sencillo. No requiere una habilidad extraordinaria, ni mucho menos, pero sí atención, como todo, porque tiene ciertas piezas que sin darnos cuenta las podemos poner al revés, y luego cuesta la vida desencajar (me pasó). También se tiene que tener cuidado al utilizar las tenazas para sacar las piezas de las matrices y no dejar restos, pero eso se mejora con la experiencia, por eso a mi Mega y a mi Proto se le ven las marcas y a Roll no se le ve nada. Tampoco requiere pegamento, y en un par de tardes relajadas, sin prisa, lo tienes todo montado y pintado. Sí, pintado, lo cual no puedo decir, como antes he dicho, que sea tarea fácil. El pintado sí que requiere cierta habilidad, paciencia y pulso de médico, de lo que, por cierto, yo carezco. Pero si yo lo he conseguido, no puede ser muy complicado.

SÍ, esos botoncitos los pinté yo.
Las piezas que se deben pintar son desde articulaciones completas, como en el caso de Megaman, hasta pequeños detalles que pueden resultar un reto para cualquiera, como los pequeños botones del vestidito de Roll. Para maquetas, nada mejor que la TAMIYA, quizás cara, pero muy buena y fácil de conseguir en tiendas de modelaje, y, si tienes experiencia en la pintura, con los colores primarios, blanco y negro te las apañas bien. Aunque yo también tengo el esmeralda. La verdad es que con la página de referencias de color que te viene en las instrucciones de montaje, la persona encargada de la tienda de modelaje estará más que encantada de ayudarte a escoger entre toda la gama.
Por supuesto que puedes dejar las maquetas sin pintar, o pintar incluso las piezas que ya tienen el color que les corresponde (mucha gente hace eso para tapar las muescas y restos de la matriz), eso ya es cuestión de cada uno, pero estos detalles pintados les hacen ganar mucho.
En cuanto a las pegatinas, sí, también hay pegatinas, son mucho más opcionales, ya que se tratan de las pupilas de los ojos, pues contamos con varias piezas en blanco para poder pegarlas y hacer que miren hacia los lados, por ejemplo. Gracias al cielo, hay una pieza que ya viene acabada con la mirada hacia en frente, lo cual nos quita de encima un problema que podría haber sido de los gordos. Las "E" de los E-Tanks también son pegatinas, por lo que cuento con la experiencia para poder escribir sobre ello. Estas pegatinas son una auténtica pesadilla. Porque no llevan pegamento. Se pegan con agua, es decir, debes de mojar el cartoncito donde se encuentran para que salte la pegatina y arrastrarla con sumo cuidado hasta la superficie correspondiente, donde al secarse se fija. El problema es que la pegatina es en realidad una fina película de plástico que se deshace con el contacto de los dedos. Y esa es la historia del por qué la pegatina del E-Tank cian está medio destrozada. Toda una aventura.

Protoman can't fly on a dog.

En cuanto a su movilidad y capacidad de pose, tenemos de todo, hay articulaciones que por alguna razón están duras y no se mueven, como el hombro derecho de Protoman, que me cuesta la vida de girar, pero también hay articulaciones flojas, como el cuello de Mega, que si no se le aplica un poco de fuerza su cabecita cae asistiendo. Sin embargo, la capacidad de pose es muy amplia y, lo mejor, gozan de un equilibrio fácil de conseguir. Sin ir más lejos, la fotografía de Mega de la izquierda es la prueba, no se apoya en absolutamente nada: Un equilibrio perfecto conseguido con la inclinación idónea del cuerpo sostenida gracias al triángulo que forman sus piernas, una de ellas que se apoya simplemente con la puntita del zapato. Son los factores clave que hacen de esta colección tan deleitable. Y en el caso de no encontrar equilibrio para alguna pose, siempre nos podemos ayudar de los objetos cotidianos, que integrados con el escenario pueden quedar muy graciosos. (Tenía que haber puesto alguna foto de muestra, pero bueh).

En general, se tratan de maquetas sencillas de montar y una alternativa, de nuevo, más asequible a las D-Art y otras lineas de figuras articuladas y que, en este caso, compite al mismo nivel que estas en cuanto a  la movilidad de las articulaciones y pose, además, el material del que están hechas es bastante bueno y muy ligero, y la maqueta por dentro es prácticamente hueca, por lo que pesan muy poco. Sin lugar a duda, son en mi opinión las mejores figuras que se pueden encontrar hoy en día en el mercado, y construirlas te pone como en el lugar del Dr. Light, y pasan a ser un poco tus hijos también.



Pero, para opiniones, el parrafón de ahora:
Estas pequeñas maquetas son un tesoro para mi. He tenido cantidad de figuras articuladas, entre figmas, revoltech, Nendoroids y compañía, pero ninguna de ellas las he disfrutado tanto como he hecho con estas tres monadas. Puede que sea el cariño que siento hacia los personajes, pero en realidad tengo a Mega y a Proto desde mucho tiempo antes de cuando me jugué mi primer Megaman, y entonces ya me los quería mucho. Como he dicho antes, su capacidad de pose y movilidad son puntos a su favor, mis maquetas han librado incontables batallas y celebrado demasiadas fiestas del té mientras se suponía que yo debía de estar trabajando. Y tengo más maquetas, tengo 9 maquetas más con las que podría haber creado el mismo vínculo emocional, cada una con su historia y sus recuerdos, pero, por alguna razón, estás son las más especiales para mi, las que he mimado y repintado, y las que, cuando tengo que mirar a alguien, busco en el estante.
¿Pero qué diablos hace de ellas que sean tan especiales? ¿Por qué siento este extraño cariño hacia ellas, antes que hacia una buena figura escalada, sin fallos de pintura y buenos detalles? ¿O hacia otra figura articulada que seguro es mucho más mona y cuente con tantos accesorios? Pues, supongo que es el hecho de que las he hecho yo.

Esta la colgué en mi Tumblr, por eso está firmada con mi nombre.
Una de tantas Mega Tea Parties.