lunes, 8 de diciembre de 2014

FINAL FANTASY IV -NDS review-


Quién me hubiera dicho que realmente acabaría el este juego antes de Navidad, a tiempo para que no se me mezclara con el tan esperado por mí Pokémon Zafiro Guay y Magnífico. Aunque, realmente, no he tenido que forzar la marcha en ningún momento, es el mismo juego el que te invita a no parar, y estoy hablando del cuarto título de una de mis sagas favoritas: FINAL FANTASY IV.


Y es que rumores había leído sobre lo tan bueno que es este juego, a parte de los muchos halagos que le hace mi hermana, pero, hasta que uno no prueba las cosas no puede dar su opinión, y, finalmente, había llegado el momento.
Aunque me hubiera gustado más jugar a la edición de PSP, con esos preciosos gráficos que tanto me gustan, tuve que conformarme con la edición para Nintendo DS de 2007, que también he disfrutado.

Así, Final Fantasy IV, original de 1991 para SNES, cuenta una historia salpicada de todos esos elementos que tiene un buen culebrón: amor, odio, traición, muerte, sacrificios, magia negra, dudas existenciales y mazmorras extra, como nunca antes en la saga se había visto. Nuestro protagonista es el joven Cecil, Caballero Oscuro, hijo adoptado del Rey de Baron y comandante de las Red Wings, que últimamente está pasando por un mal momento de duda, pues, su padre el Rey lleva una temporada muy extraño. La aventura comienza cuando Cecil vuelve a casa tras la dura misión de arrebatar sin motivo aparente el Cristal de la Luz de Mysidia, un indefenso poblado de magos. Tras cometer el error de mostrarse dudoso ante las órdenes de Su Majestad, éste le tiende una trampa y, junto a su mejor amigo -pero también rival- Kain, es enviado a Mist, donde sólo traerá la desgracia. Desterrado y traicionado, a Cecil sólo le queda volver a Baron para hacer entrar en razón al Rey, pero será entonces cuando descubra que todo forma parte de un mayor plan oscuro de exterminación de la raza humana y del planeta Tierra que le llevará a explorar toda clase de lugares de su mundo, incluida la Luna.

Aunque lo parezca, no todo son desgracias para Cecil, pues tiene el don de rodearse de buena gente que le acompañará y le ayudará durante su aventura. En primer lugar tenemos a Rosa, una maga blanca de Baron que siente algo más que amistad por Cecil; luego está el ya nombrado Kain, el último caballero dragón que posee la tan eficaz habilidad del salto; también Rydia, una maga negra e invocadora nos será de gran ayuda en nuestra aventura; no olvidemos al viejo Tellah, mago blanco y negro con sus ansias de venganza que le llevarán a un trágico final, o Edward, un joven guapo y apuesto príncipe bardo que aliviará nuestro dolor con su maravillosa voz y canciones; Palom y Porom, dos magos gemelos que se complementan el uno a la otra; Yang, un monje capaz de concentrar su poder en fuertes patadas voladoras; Edge, el joven temperamental príncipe ninja; y el viejo Cid, cuya única habilidad especial es analizar a los enemigos. Y Fusoya, el tío viejo perdido de Cecil y un excelente mago blanco y negro. Todos y cada uno de estos personajes, con sus historias y problemas, acaban siendo entrañables.



Una Thought Bubble para Kain
 El sistema de niveles vuelve a su origen, en el que se acumulaba experiencia para que el personaje subiera de nivel, no sus armas o sus trabajos, mientras que el sistema de batalla se concibe de una manera diferente a los tres juegos anteriores... Pues, aunque el sistema de batallas siga siendo por turnos, estos tienen tiempo. Es decir, deja de existir ese "tiempo muerto" que había entre turno y turno que generalmente se usaba para pensar: ahora existe una "cuenta atrás invisible", de manera que, dependiendo del personaje, esta cuenta pasará más rápida o más lenta, y cuando llega a cero es cuando puedes seleccionar qué hacer. Pero, al igual que tu tienes un tiempo, el enemigo también, y es aquí donde cobran vital importancia los hechizos de "Slow" y "Haste", para retrasar o avanzar el tiempo de espera. A su vez, gracias a este "upgrade" del sistema, los combates se hacen más reales e intensos, por no decir que los bosses de este juego son mucho más estratégicos que en los juegos anteriores.
Luego, la pantalla inferior de la consola tiene tres funciones: La mayor parte del tiempo funciona de mapa, durante la pantalla del menú te enseña los personajes, y durante las batallas es donde está toda la información (HP, MP, la barra de acción) exceptuando los comandos, que salen en la pantalla superior.

Estéticamente, a pesar de estar hecho 3D como la edición del Final Fantasy III que jugué, los gráficos juegan con tonos más compenetrados, que combinan de manera más agradable, y están claramente más bien cuidados, estilizados y detallados.
Y cinematográficamente se aprovechan estos gráficos para hacer las muchas cutscenes que aparecen durante la partida y que le darán más dramatismo a la historia.
No sólo eso, la edición de DS tiene un menú diferente que aparece a la izquierda dejando un poco más de dos tercios de la pantalla sin tapar, dejando al personaje con una Thought Bubble que irá cambiando dependiendo del momento de la historia. Un toque que hace a esta edición especial (hay pensamientos que no tienen desperdicio).

Musicalmente hablando, la OST de este juego es algo muy identificativo de esta entrega, hasta el punto en que el legendario Prelude del Final Fantasy en este juego es "el Prelude del Final Fantasy IV", y lo mismo ocurre con el Opening: las versiones de esta entrega se identifican directamente con este juego, cuando suenan sabes que se refieren a este juego y no a los demás. Luego, hablando de temas no comunes, es obligado destacar el Theme of Love, una de esas canciones que cuando suenan sólo puedes escuchar, y que cuando recuerdas sientes cierta nostalgia, un tema romántico tan reconocido que a mi parecer se encuentra a la altura del mismísimo Main Theme, que suena en el mapa mundi y te invita a seguir viviendo aventuras con unas delicadas notas con un ligero toque de melancolía. Los temas de batalla son todos magníficos y muy intensos, pero, sin lugar a duda, es "The Final Battle" el más épico de todos, que comienza con cierta desesperación pero que rápidamente te devuelve los ánimos, incluso la confianza en ti mismo después de verle la cara al horroroso Final Boss, con esas potentes notas cargadas de sentimiento (especialmente en su versión original) que llegan directamente al corazón y que, con tan sólo 20 segundos de canción, supe que de los cuatro juegos principales de la saga que llevo, este era el mejor tema de batalla final. Luego, todas las mazmorras clave tienen su propia track que les identifica y que, cuando las escuchas, recuerdas gran parte del mapa, generalmente porque no son lugares en los que se pueda estar a gusto, aunque la dificultad del juego se compense bastante bien. Otro tema que me gustaría destacar es el tema de la Lunar Whale, me pareció muy agradable, por no decir que la Lunar Whale es la nave más chula que consigues.

En general, como he dicho antes, la dificultad del juego se compensa entre unas cosas y otras, y la historia da mucho de sí misma haciendo la aventura dinámica, de manera que, aunque tengas que revisitar varios lugares, no se te hace cansado en absoluto. Hay una mazmorra, por ejemplo, que no puedes entrar con equipamiento metálico porque está cubierta por un campo magnético, entonces debes de equipar a tus personajes con equipamiento bastante malo, pero como te lo justifica bien el motivo, no te parece tan grave. Luego está la famosa Tower of Zot, que esa sí que es una mazmorra difícil, pero el momento de la historia te fuerza a llegar arriba lo antes posible, por lo que, aunque es una de esas mazmorras en las que te puedes quedar atascado, sientes la necesidad de acabarla y no de dejar el juego pausado. Además, la historia en sí está llena de momentos que te llegan al corazón y recuerdas con cariño, y alguna sorpresa inesperada. Y los textos son muy buenos. En serio, es un Inglés muy épico. Aunque la edición de DS está en castellano, sólo que como tengo el idioma de la consola en English me salen los juegos en ese idioma por defecto. Eso sí, guardar la partida sólo se podrá hacer en el mapa mundi (como en la entrega anterior) y en los puntos de guardado establecidos estrategicamente por las mazmorras.



Para acabar, mi conclusión final.
Me ha encantado este juego por todos y cada uno de sus aspectos, desde el argumento a veces tan culebrón hasta las tonterías más insignificantes como el sonido de cuando haces magia negra. Está tan lleno de amor que no me extraña que sea uno de los juegos de esta saga mejor valorado, porque lo tiene absolutamente todo, y combina tan bien, que si se pudiera comer sería crema pastelera. Y no me hagáis hablar de las mazmorras extra para conseguir las invocaciones definitivas para Rydia -que visto desde mi perspectiva actual, Bahamut es un MUST HAVE para la batalla final, aviso-. Realmente, he vivido una gran aventura, épica, sin dudarlo, jugando a este juego, sus personajes, esos lugares, y, sus bosses, tan estratégicos, hacen de esas batallas momentos de desesperación mientras piensas y encuentras la combinación de ataques que te lleven a ese parpadeo de gráfico seguido de su desmoronamiento que suena a victoria.
Aunque los RPG no sean tu género de juego, yo creo que este es uno de esos título que DEBES haber jugado como gamer. Es un clásico.

Aunque el Final Fantasy II siga siendo mi favorito, esta entrega se ha ganado un hueco en mi corazón, y me lo volvería a jugar sin lugar a dudas, eso sí, la próxima vez en la PSP.

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