viernes, 9 de octubre de 2015

CASTLEVANIA -Vistual Console review-


En realidad, aquel día que compré el Castlevania en la eShop, lo que pretendía era comprarme el primer Zelda, pero le vi los gráficos y pensé que me iba a costar la vista, y que ya estaba suficientemente cegata. No sabía que el Castlevania me iba a cobrar el mismo precio.




¡Basta de rollos! Castlevania es el juego más viejo al que he jugado hasta ahora (porque el Final Fantasy lo jugué en su edición del 20º aniversario) de plataformas y acción, publicado en 1988 para NES, que se puede obtener via Nintendo eShop para la 3DS/2DS por unos 5€, ya no me acuerdo bien.


La historia es sencilla, tu eres Simon Belmont y tu misión es acabar con el Conde Drácula, quien te espera pacientemente en lo más alto de la más alta torre de su castillo endemoniado y lleno de malévolas criaturas que intentarán impedirte el paso. Armado con tan sólo tu látigo y todo aquello que encuentres por el castillo, tendrás que abrirte paso y derrotar a las cinco horribles abominaciones que Drácula ha enviado para aniquilarte.

Así, la mecánica del juego no tiene misterio alguno: Simon ataca con su látigo y con el objeto que haya encontrado durante el stage (sólo podremos llevar uno, de manera que, al encontrar uno nuevo, perdemos el anterior), desde dagas hasta relojes que paran el tiempo, cuyo uso se limita al número de corazones que hayas recogido. Sí, en el Castelvania los corazones que encuentres no servirán para recuperar puntos de vida, sino para sumar usos a tu objeto. ¿Y cómo recuperas vida? os preguntaréis, pues, debo decir que hay dos maneras de recuperar vida, la primera es encontrando el objeto con esa función, que resulta ser como un trozo de carne cocinada y que no sólo escasea, se encuentra bien escondido, y la segunda manera es derrotando al jefe del stage. Como supondréis, con estas condiciones, el juego tiene una dificultad importante.
Contaremos con 3 vidas y la posibilidad de mejorar nuestro látigo, gracias también a látigos que encontraremos por los stages. También cabe decir que, dependiendo de los objetos que encontremos y los enemigos a los que derrotemos, se nos irá sumando puntuación al marcador, que volverá a cero cada vez que perdamos la partida o comencemos un nuevo stage. Y, cada vez que Simon muera, no sólo se nos restará una vida, volverá al principio del stage y el contador volverá a cero, también perderá todas las mejoras y el objeto que tenga equipado. Y esto sólo es el principio.

Mi momento favorito.
La dificultad del juego de un stage a otro crece de manera exponencial, y el hecho de que los enemigos se sitúen en lugares clave para hacerte la vida imposible no ayuda. Añadamos a esto las limitaciones gráficas de la consola original, que muchas veces el juego se aprovecha de ello para crear escenarios y escenas muy bonitas, como la imagen de arriba, pero que, aún muchas más veces, aprovecha para dificultar la lectura de la imagen, y lo consigue. La clave de este juego es tener paciencia y ser muy observador. Y tener suerte, mucha suerte, porque es un juego cruel que te obliga a aprender de tus errores a fuerza, y muchas veces parece que se burle de ti haciendo que pequeños detalles resulten una muerte fatal. Un reto importante. Y no es un juego muy largo, hay gente en YouTube que su gameplay le dura hora y poco, y a mi, mi consola ha contado 6 horas de partida.

Gráficamente muy limitado, me parece sorprendente como con tan pocos colores es capaz de crear estos escenarios y ambientes que, acompañados de la música, hablan, sin lugar a duda, de una auténtica historia de terror, y cómo se utilizan sus limitaciones para aumentar la dificultad. Y es que está hecho a propósito, estoy segura, porque el primer Megaman tiene las mismas limitaciones y se lee mucho mejor. Por otro lado, si nos ponemos románticos, precisamente así es como pensamos que sería el castillo del Conde Drácula, un lugar oscuro y mal iluminado, lleno de trampas.

Continuando por la música, al soundtrack de este juego tiene tracks muy épicas. Heart of Fire es uno de mis temas favoritos, al igual que Wicked Child, que los relaciono directamente con los momentos del juego en los que suenan, pero yo diría que el tema estrella del juego es Nothing to Lose, que no más comienza a sonar sabes que, al subir esas escaleras, con la luna como testigo, habrás llegado al lugar donde el Conde te ha estado esperando, y comenzará la batalla final, en la que suena Black Night, una de esas tracks que narra sin palabras una batalla a muerte. Finalmente, el Ending Theme es precioso y, siguiendo la misma estética lúgubre, te insinúa con sus últimas notas que la historia no acaba aquí...


Y creo que ya sólo queda mi opinión personal.
Comenzaré diciendo que pocas veces me he sentido tan orgullosa de mi cuando en los créditos de un juego me han dado las gracias por jugar. No sólo eso, el Castlevania te felicita diciendo que el papel más importante del juego lo has desempeñado tú, siendo, después de todo, sincero y humilde, y quizás disculpándose por todos los gritos de rabia que el jugador puede haber berreado mientras jugaba.
La razón real por la cual me decidí a adquirir este juego fue esta ilustración de aquí arriba, que es la carátula del juego. Me preguntaba que cómo diablos había podido el artista poner esos colores y que quedaran tan bien. Ese naranja tan amenazador que nos hace mirar a Simon, preparado para la aventura de su vida, que se equilibra gracias al triángulo de brillos que se forma y que nos envía a la mirada al Conde que resplandece de locura. Entre otras cosas. Una ilustración de esas que me gustaría tener en póster y enmarcarla, de las que digo yo que son míticas, y que me contó una de esas historias oscuras de Sword and Sorcery que tanto me gustan.
Y es que este juego es precisamente eso.
Todo ello desprende la esencia de la fantasía de aquel entonces, y te transporta a ese mundo oscuro donde un héroe solitario se enfrenta a su destino impuesto. Y cómo mola.

Sin lugar a dudas,  no es un juego para cualquier jugador, pues se requiere mucha paciencia y atención, y los gráficos también acotan a un público muy particular que, o bien jugó el juego durante su infancia, o bien jugó algún juego de la saga y se interesó en el origen, o bien tuvo curiosidad, como es mi caso. Pero desde luego, si lo que queréis es una buena aventura de fantasía ochentera, este es vuestro clásico y, por mi parte, el siguiente título ya lo tengo apuntado en mi lista para jugarlo de aquí a un tiempo.

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